Buenas a todos.
He permanecido un tiempo en standby, esperando a
que me entregaran mi ejemplar de Edgar Allan Poe Historias extraordinarias, de
Arte y Letras. Lo llevé a restaurar a una especialista en el tema llamada Ana Jessen, de la que hablaré en otro post, y ahora que ha rejuvenecido como si le
hubieran inyectado botox, puedo comentaros otra maravilla que recomiendo leer
encarecidamente: EL POZO Y EL PÉNDULO,
publicado en 1842, otra obra maestra del terror.
Un resumen muy breve que no tiene perdida, sería el
siguiente:
Un condenado va a ser torturado por la Inquisición.
Abandonado en una extraña sala en la más completa oscuridad, espera que llegue su hora, la cual, misteriosamente, no llega. Tanteando el lugar en el que ha
sido encerrado, descubre por accidente un pozo en el suelo, quizá como vía
rápida para acabar con su sufrimiento, pero no lo utiliza. Tras ese
acontecimiento, recibe agua por parte de sus carceleros que no duda en
beber. Envenenado, cae desmayado, y al despertar se encuentra sobre una
fría mesa, atado de pies y manos, con la compañía del afilado y fatal péndulo,
que se acerca a él, lento, muy lento, y sin ninguna pausa.
Hay que destacar que el terror y dolor que siente
el protagonista de la obra es psicológico, mucho más intenso que el físico, y
teniendo en cuenta que el pobre desdichado es una víctima de la Inquisición,
podía esperar auténticas barbaridades, pero Poe se olvida de la sangre y
demuestra su dominio sobre el lenguaje y las técnicas narrativas más efectivas,
para involucrar y hacer sentir al lector como un testigo directo de los
agobiantes pensamientos y experiencias sufridos por el narrador, porque el
protagonista, desde el principio, sabe lo que va a suceder, es consciente en
todo momento que va a morir. La ansiedad, el abandono, el horror, la angustia,
el vacío… son expuestos con todo detalle, y lo peor, si te involucras un poco,
llegas a experimentarlos tú mismo.
No sabía quién había sido el creador de esta
tortura literaria del péndulo, pero por fin di con el señor Allan Poe. También
desconozco cuántas veces ha sido utilizado el recurso de este péndulo en libros
o cine, yo por ejemplo recuerdo la película de Saw. Investigando un poco, la tortura real
del péndulo de la Inquisición consistía en la dislocación de los hombros mediante
la rotación violenta de los brazos hacia atrás y arriba. Se cuelga a la víctima
por las manos, que han sido atadas a su espalda. La agonía se podía estimular
mediante pesas agregadas progresivamente a los pies, hasta que al fin el
esqueleto se desmembraba. Horrible.
Y no pienso destripar más. Leed el relato, ¡que no llega
a veinte páginas!. Y si no tenéis ganas, ya sabéis: tirad de celuloide. En 1961
se filmó la película The Pit and the Pendulum, con el conocido Lance Henriksen
(el androide Bishop en Aliens, el regreso) representando el papel de
Torquemada.
¡Un saludo!