martes, 1 de diciembre de 2015

La Divina Comedia (2): El Infierno

Hola gente. La última vez nos quedamos con un resumen atrevido de dos líneas sobre la Divina Comedia de Dante. Estos días he avanzado bastante en lo que a lectura se refiere, y he terminado su primera parte: el Infierno. Reconozco que me ha gustado más de lo que esperaba, no existe nada que me inquiete tanto como el más allá. Si no tengo miedo a la muerte, ¿a qué voy a tenerle miedo? Tras esta introducción personal, entremos en materia.

El Infierno que nos muestra Dante está dividido de la siguiente manera:



Vestíbulo
Primer círculo: Limbo
Segundo círculo: Lujuria
Tercer círculo: Gula
Cuarto círculo: Avaricia
Quinto círculo: Ira y Pereza
Sexto círculo: Herejía
Séptimo círculo: Violencia
Octavo círculo: Fraude
Noveno círculo: Traición

“¿Círculos? ¿Cómo que círculos?”. A ver si lo explico: imaginad un inmenso y ancho pozo, por en el que cuyo extremo hubiera una escalera de caracol, y que, según desciendes, accedes a diferentes pisos inferiores. Cada uno de esos pisos es uno de los círculos.  La imagen superior representa de manera gráfica el descenso.

Si os parece, subo otra imagen que puede resultar nás ilustrativa, y de paso, añado una curiosidad: en Sintra (Lisboa, Portugal), se puede visitar el Palácio daRegaleira, es el edificio principal y el nombre más común de la Quinta da Regaleira, palacio con historia masónica. En sus inmediaciones existe el llamado pozo iniciático, pozo que se sabe era utilizado en rituales masónicos de iniciación. Una galería subterránea con una escalera en espiral desciende hasta el fondo del pozo a través de nueve rellanos separados entre sí por quince peldaños, evocando a La Divina Comedia de Dante y sus nueve círculos infernales.



Según se avanza en la novela, queda más claro parte de su título: comedia. En el Infierno se castiga a los pecadores mediante "lo contrario a los que fueron sus pecados". Por ejemplo,  los avaros, que acumularon posesiones empujan grandes pesos a lo largo del círculo, o la lujuria donde, metafóricamente hablando, las almas están condenadas a ser impelidas por un fuerte viento que las embiste contra suelo y paredes, las agita y las hace chocar entre ellas sin descanso, de la misma forma que en vida se dejaron llevar por los vientos de la pasión. No voy a profundizar en cada círculo y en cada detalle, porque espero que lo leáis vosotros, y no quiero convertir el post en una sucursal de resúmenes educativos, pero sí quiero comentar lo impresionante que me resultó el noveno círculo, el de los traidores, congelados en un lago de hielo (¡hielo en el Infierno!), más profundamente según su traición, y, en el mismo centro del Infierno, el mayor de los pecados, la traición a Dios: Satanás, descrito como un gigante de tres caras, y con cada una de las bocas de esas tres caras devora a un traidor. Para Dante, estos tres traidores más terribles son Bruto y Casio (de los que no sabía nada debido a mi ignorancia, involucrados en el famoso asesinato de Julio Cesar), y finalmente Judas, por razones obvias. La imagen descrita es brutal y espeluznante.




No voy a contar más del Infierno. Creo que la filosofía es la de insinuar sin enseñar, como decía una antigua amiga, para suscitar la curiosidad. Seguiré avanzando con la Divina Comedia, y en cuanto acabe el purgatorio, os cuento. Tiene buena pinta. O no, según se mire.

    

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