La primera vez que escuché la palabra bibliófilo (más bien
la leí) fue en una novela de Arturo Pérez Reverte, aunque si soy sincero,
realmente ocurrió en la película La
novena Puerta, adaptación del libro (tras toda esta maraña, resulta que al final la escuché :) ), uno de esos entretenidos filmes que ponen
cada mes y a cualquier horario pero que nunca llegas a ver completo. Animado
por un compañero de trabajo me decidí a leer tan dichoso libro para comprobar
qué narices tenía de bueno. Hasta hace poco no leía demasiado, lo típico: Juego
de Tronos, algo de Stephen King, alardear de las obras cumbre que nos obligaron
a estudiar (para mí resultó una obligación), hasta que en mi vida apareció
Lucas Corso, un personaje de ficción (o no, según se mire), inmerso en un mundo
de libros, de papel, de historias, de vida, de belleza encuadernada en lomos de
piel de otros siglos. Y con él, un capricho que casi se convierte en paranoia
hasta que conseguí uno: ¡deseo un libro antiguo! Y cuando ocurrió, un príncipe
danés llamado Hamlet reposó primero
en una mesilla, después entre mis manos, y finalmente, se ha quedado en mi
cabeza.
Con este blog voy a intentar hacer llegar una brizna de lo
que he sentido estos días, un brote que germina, un nuevo y apasionante hobby en
el que lo extraordinario es que se convierte en nuevo cada vez que la historia
cambia, cuando el libro que abres tiene otro título, como sucede en nuestro día
a día. Hablaré de libros, de los que me recomiendan, lo que leo, intentaré
plasmar ideas, anécdotas, análisis, fotos, autores, editores… y si consigo que
alguien lea un poquito más como he empezado a hacer yo, será todo un éxito.
Dato interesante:
ResponderEliminarLibro antíguo, también llamado "Incunable" (Ediciones hechas desde la invención de la imprenta hasta principios del siglo XVI)
Me encantaría tener uno... XD
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