lunes, 2 de noviembre de 2015

Cum superiorum privilegio veniaque

          La primera vez que escuché la palabra bibliófilo (más bien la leí) fue en una novela de Arturo Pérez Reverte, aunque si soy sincero, realmente ocurrió en la película La novena Puerta, adaptación del libro (tras toda esta maraña, resulta que al final la escuché :)  ), uno de esos entretenidos filmes que ponen cada mes y a cualquier horario pero que nunca llegas a ver completo. Animado por un compañero de trabajo me decidí a leer tan dichoso libro para comprobar qué narices tenía de bueno. Hasta hace poco no leía demasiado, lo típico: Juego de Tronos, algo de Stephen King, alardear de las obras cumbre que nos obligaron a estudiar (para mí resultó una obligación), hasta que en mi vida apareció Lucas Corso, un personaje de ficción (o no, según se mire), inmerso en un mundo de libros, de papel, de historias, de vida, de belleza encuadernada en lomos de piel de otros siglos. Y con él, un capricho que casi se convierte en paranoia hasta que conseguí uno: ¡deseo un libro antiguo! Y cuando ocurrió, un príncipe danés llamado Hamlet reposó primero en una mesilla, después entre mis manos, y finalmente, se ha quedado en mi cabeza.

          Con este blog voy a intentar hacer llegar una brizna de lo que he sentido estos días, un brote que germina, un nuevo y apasionante hobby en el que lo extraordinario es que se convierte en nuevo cada vez que la historia cambia, cuando el libro que abres tiene otro título, como sucede en nuestro día a día. Hablaré de libros, de los que me recomiendan, lo que leo, intentaré plasmar ideas, anécdotas, análisis, fotos, autores, editores… y si consigo que alguien lea un poquito más como he empezado a hacer yo, será todo un éxito.


2 comentarios:

  1. Dato interesante:

    Libro antíguo, también llamado "Incunable" (Ediciones hechas desde la invención de la imprenta hasta principios del siglo XVI)

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