¡Hola a todos!
No sé vosotros, pero yo siempre he sido más de perros que de
gatos, pareciéndome estos últimos un poco traicioneros (algún arañazo me llevé
de pequeño). Y fijaos, aunque ya comenté en mi anterior post de Allan Poe que
era amante de los felinos (Caterina, su gata, se deprimía cada vez que él
viajaba y cuando Poe murió, ella también), uno de sus relatos más tenebrosos
tiene precisamente como protagonista a los mininos: EL GATO NEGRO, publicado en
el periódico Saturday Evening Post de Filadelfia en su número del 19 de agosto
de 1843. Ésta será la primera lectura de un buen puñado de ellas (aprovechando que tengo un recopilatorio XD ).
Sólo necesité una mañana para acabar con esta historia de final
sorprendente. Corta y de fácil lectura, la ventaja de su brevedad intensifica
el efecto. Como con el Mercader de Venecia, no voy a resumir la obra, pero una
breve sinopsis sería la siguiente: un joven matrimonio lleva una vida
tranquila, con un gato negro como mascota, hasta que el marido empieza a
dejarse arrastrar por la bebida, volviéndose irascible, y, en un ataque de
cólera, acaba con la vida del animal. Todo va a peor, con el protagonista
convirtiéndose en un monstruo por momentos, y con la aparición de un segundo
gato negro. La escena final del relato, sorprendente al igual que tétrica, ha
dado pie a multitud de artistas a la hora de ilustrar los volúmenes de cuentos.
Una pena no poder colgar ninguna, pues podríais descifrarlo.
En Europa, las supersticiones sobre el gato son muy
similares, el gato negro puede traer buena o mala suerte dependiendo del lugar
y la circunstancia de su encuentro. Y en el caso de significar mal agüero, el animal pierde el supuesto carácter de maldad
si tiene un lunar blanco en alguna parte del cuerpo (cosa que ocurre en esta
obra). Conociendo un poco la vida de Allan Poe (echad un vistazo a un post
previo que escribí), se podría concluir que el gato negro es un relato
parcialmente autobiográfico, representando el triángulo que formaban en su
hogar él mismo, su mujer, Virginia Clemm, y el gato real, Catarina.
Para los que no les apetece leer, siempre queda la opción
del séptimo arte, en una película de Bela Lugosi y Boris karloff, en español
titulada Satanás. Yo, al fin conseguí hacerme con el ejemplar que buscaba de
Arte y Letras, muy chulo, en el que vienen otros relatos que tengo ganas de
leer, como el escarabajo de oro o doble asesinato en la calle morgue. Mi
biblioteca empieza a crecer.
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